2/8/16

Al pie de la letra

O #AlPieDeLaLetra como se diría en el argot de hoy en día.



Vengo pensando lo mal que me empieza a caer esta frase hecha
¿Por qué algo debe ser al pie de la letra? ¿por qué no se abandonan los corsés que en un tiempo fueron la condena de cuerpos de mujeres que debían aparentar lo que alguien estipuló? ¿quién fue ese alguien?... Y sobretodo... ¿Quién es el responsable de hacer "frases hechas"?

Al pie de la letra obliga a la improvisación y el dinamismo a salir por la puerta de atrás del bar. Esa en la que conviven cortinas de humo de cigarro y el olor a todo lo que se desperdicia en contenedores (ahora y afortunadamente)de colores. Que por cierto, hubo alguien que en su local decidió poner sus cubos en la acera principal y hacerse una terraza vanguardista en el callejón repudiado por "las normas".



Quizás fue Quentin Tarantino si algún día montó un bar. Abanderado de la oposición de la Brigada Al pie de la letra y talentoso donde los haya, buscó y buscó quien le produjera Reservoir Dogs sin suerte alguna durante un largo tiempo y todo por crear un guion con El codo de la letra... o sus genitales vaya usted a saber.

Me gusta imaginar que planear es solo una palabra que define lo que un pájaro hace cuando no le apetece alborotar sus alas y que el resto llega a base de decisiones que uno va tomando según los acontecimientos que va teniendo, jugando con el reloj y el tiempo. Pero claro, yo soy más de contrarreloj que de carrera de fondo.



Me gustan esos guiones de terror que consiguen hacerme llorar de risa entre susto y susto y favorecen a que no esté narrando los hechos antes de que ocurran como si lo hubiera escrito yo... al pie de la letra.


Y es que las cosas porque sí o por decreto a la larga sufren un gran deterioro.
Hay que crear una burbuja de tiendas de ropa y restaurantes en todos los centros comerciales. ¿Por qué? ¿por qué no se pueden abrir salas de teatro, zonas de ocio para perros o rincones de exposición del arte que sea también en un centro comercial?
Hay que casarse de blanco. ¿Por qué? Y en China de rojo. ¿Puede casarse una de rojo y en China alguien de blanco sin que alguien se eche las manos a la cabeza?


Quizás el propulsor de las frases hechas sean los de Primark avalados por los del Brasa y Leña... Lo que sí sé es que no son ninguno de los de nuestro elenco candidato al gobierno.

A la pregunta que iniciaba el último debate... y se la digo tal cual, "¿se comprometen ustedes a llegar al acuerdo necesario para evitar que los ciudadanos voten de nuevo?", la respuesta de los cuatro fue unánime y a día de hoy lo que me queda por pensar es que puede que los cuatro fallen a su palabra y ello les propicie a todos ellos, un factor común.




26/1/16

Don Carmelo, sin censura.

Vaya de paso que lo que a continuación va a suceder puede que provoque en usted ciertos sentimientos...

Me llamo Carmelo, pero no voy a engañarle. De hecho, se sorprenderá con la sinceridad con la que afronto cada complejo segundo de mi vida. ¿Se ha fijado en qué palabra tan sobrevalorada? Vida...


Don Carmelo. Ese nombre es perfecto. Para usted, digo. Que no me conoce de nada ni ha tenido ocasión de compartir mesa y vino conmigo.


Hoy cumplo veinticuatro años y es la primera vez que tengo ganas de soplar velas y pedir un deseo. ¿Usted se cree eso de que si cierra los ojos puede pedir un deseo? Lo primero que consigue alborotar mi sesera es que, si a quién yo pido ese deseo va a hacer lo mismo que yo cuando a mí me los han pedido en momentos de gran desesperación...



¿Ya cree parecerse a mí? ¿Por haberme tildado de sincero y haberle contado la anécdota del deseo? Permítame que sonría... Porque además yo soy de sonreír, no de reír. La sonrisa es pura y espontanea. Una vez leí que nadie es tan rico que pueda vivir sin ella, ni nadie es tan pobre que no la merezca. ¿Usted acostumbra a leer a menudo o es más de escribir quizás?



Javier Alarcón. ¿Sabe ese arquetipo de niño de unos 12 años que ya mira por encima del hombro? Que las incordia a ellas y los intimida a ellos. Que regala malos modales y poca educación. Por el amor de Dios, la educación es primordial. Deberíamos hacer auto crítica y sopesar bien un tema tan delicado como este. Yo soy muy auto crítico, créame. ¿Sí? ¿Usted también?


Puede que Javier Alarcón aun sea un niño. Que sea la edad. Puede que crezca y madure. Pero insisto en hacer hincapié cuando se habla de manera condicional si se trata de la evolución de los animales. ¿Qué? ¿Eso es lo que somos, verdad? Darwin necesitó mucho tiempo para demostrar que la evolución está basada en el modo prodigioso en que los animales se adaptan a su ambiente, como para que ahora, usted y yo, nos tomemos a la ligera dicho elemento o incluso lleguemos a debate. Ese es el problema de alguien como Javier Alarcón. 


Javier Alarcón dejó de levantar la falda a Paula Ramos para levantarle una virginidad no correspondida. Y en ese ambiente y a esa edad, su evolución hubiera sido desgarradora. Yo tenía doce años, los mismos que dejó de tener Javier Alarcón. El cómo fue, no importa. Solucioné el problema. Usted hubiera hecho lo mismo. La única diferencia se basa en la estrecha línea entre la teórica y la práctica. ¿O acaso en este punto hay algo dentro de usted que pide no identificarse con alguien como yo?

Hubo un antes y un después para Paula Ramos y para mí. No la volví a ver hasta hoy, que ha venido a darme las gracias después de tantos años. Bueno, me ha dado las gracias y también me ha dicho que lo sentía, pero eso no es con lo que me quiero quedar. "Gracias". No me lo esperaba. Y mucho menos aquí. A pesar de que sé que mucha gente se ha sentido agradecida, jamás me lo habían trasmitido en persona y he sentido como si mi corazón quisiera abrirse paso entre jaulas de costillas y pieles de lobo. Hacerle levitar de ese abrazo que el destino fue incapaz de obsequiarnos.

Puede que Paula Ramos sea mi primer y único amor. Es la única mujer que jamás desapareció de mi cabeza y responsable pasiva de que decidiera coger un camino y dedicarme a sacar fuera las piedras que pudieran tener un peligro potencial para los caminantes. ¿Cuántas piedras habrá quitado usted en los últimos tres años? Piense... ¿Muchas, verdad? En la vida, colocados hay fisioterapeutas que ayudan a rehabilitar a las personas que sufren consecuencias físicas por esas piedras y psicólogos que lo hacen a otra escala. 



Por cierto, yo he conocido ya a varios y les aseguro que hacen un trabajo muy digno. Pero mis últimos doce años, se han basado en prevenir que las azarosas agendas de ambos colectivos engorden con males menores. Prevenir antes que curar. ¿Se acuerda cuando se lo enseñaban en el colegio? En alguna de esas clases con el tutor que se trataba la ética. Yo en ética no era muy ocurrente, tengo que decirle. Sí, seguro que se acuerda, lo que ya le digo yo que a estos niveles usted se alegra de no haber llegado a compartir ni siquiera esa mesa y vino conmigo.


Amenazas, abusos, malas intenciones, atracos, discriminaciones, esclavitudes, intereses, envidias... Piedras, todas ellas, colocadas por seres humanos en el camino. Estoy tan orgulloso de todas las muescas que he dejado patentes en estos doce años de vida que he pedido presupuestos para que todas queden grabadas en mi lápida. Porque al final, yo me las llevo tatuadas en la parte creativa de mi cerebro, pero la gente merece saber qué pasó y otro tipo de gentuza merece saber qué puede pasar.

Cuando Javier Alarcón estaba mudándose de barrio, le pedí que me recomendara al diablo y yo creo, siendo honestos, que va siendo hora. Y en eso sí que estamos de acuerdo, eh... ¿o no del todo? En el fondo, como se suele decir...

Pero vamos, que está totalmente decidido. Dudar nunca ha sido un verbo que haya acompasado mis pasos. Así que hoy voy a comprobarlo. Voy a entrar en la historia de este país siendo el primer recluso que pida su propia ejecución. Cerraré los ojos como a tantos he cerrado y respiraré hondo como a tantos he privado. Y me daré el homenaje de pedir un deseo. Un único y último deseo. Y teniendo en cuenta los precedentes de eso que hablábamos... Me voy a dar el homenaje de pedirme el cielo, por verle la cara al padre Sebastián, y porque, en el hipotético caso de que no se cumpliera, voy a disfrutar del palco que me espera en el infierno entre tanto conocido...


Gracias por venir y luego, no lo entorpezca todo obviando una simple pausa de todo lo que hemos hablado porque creo que le ha quedado claro que quien ha complicado la vida de alguien, yo he sido quien ha facilitado su muerte... ¿Lo ve? La sonrisa es pura y espontanea.