Tan bella sensación, tan gratificante... Tan poderosa, tan apabullante, el mundo se detiene a mi alrededor, mi respiración baja el ritmo, las pulsaciones al compás y sólo varían según cambie la situación.
Situación que manejo, que hago y que deshago, que formo y creo, que siento y pienso, que quiero, adoro y amo, que lo hago por mucho más y también por mucho menos.
Porque me teletransporta a otra realidad, porque me habla sin hablarme, porque me libera de todo y no me encadena a nada, porque hace florecer en mí lo que no crece en ningún sitio, y en donde crece, no crece de igual manera y hace de ello algo tan admirable...
Porque la escritura hizo de mí lo que soy y en deuda estoy, y haré lo que sea para que la escritura me necesite a mí, allá donde voy.
Bonito y eterno proceso... Desde la apertura de puertas para que la imaginación vuele, y se cuele sin medida en donde sea, atrapando las ideas que campan a sus anchas, provocando sentarte, sacar ese bolígrafo que tratas con mimo y decoro, ese que no quieres que agote su tinta, ese que es capaz de hacerte sonreír tan sólo con mirarle...
Y escribir...
Tomar esa idea y sentirte Santo y seña de ella, sentir la idea buena y disfrutarla, desmenuzarla, e incluso sentir que la idea es algo peor y disfrutar del reto que supone transformarla en algo digno, en algo propio, en algo tuyo...
Hasta ser leída, eterna bendición y satisfacción inigualable... Por nada... Por nadie...
Gracias por ser mi respiración asistida, gracias por tenerme en tus filas, gracias por darme fe una vez más, gracias escritura...
Situación que manejo, que hago y que deshago, que formo y creo, que siento y pienso, que quiero, adoro y amo, que lo hago por mucho más y también por mucho menos.
Porque me teletransporta a otra realidad, porque me habla sin hablarme, porque me libera de todo y no me encadena a nada, porque hace florecer en mí lo que no crece en ningún sitio, y en donde crece, no crece de igual manera y hace de ello algo tan admirable...
Porque la escritura hizo de mí lo que soy y en deuda estoy, y haré lo que sea para que la escritura me necesite a mí, allá donde voy.
Bonito y eterno proceso... Desde la apertura de puertas para que la imaginación vuele, y se cuele sin medida en donde sea, atrapando las ideas que campan a sus anchas, provocando sentarte, sacar ese bolígrafo que tratas con mimo y decoro, ese que no quieres que agote su tinta, ese que es capaz de hacerte sonreír tan sólo con mirarle...
Y escribir...
Tomar esa idea y sentirte Santo y seña de ella, sentir la idea buena y disfrutarla, desmenuzarla, e incluso sentir que la idea es algo peor y disfrutar del reto que supone transformarla en algo digno, en algo propio, en algo tuyo...
Hasta ser leída, eterna bendición y satisfacción inigualable... Por nada... Por nadie...
Gracias por ser mi respiración asistida, gracias por tenerme en tus filas, gracias por darme fe una vez más, gracias escritura...
No hay comentarios:
Publicar un comentario