20/3/14

Una vida por otra

Acababa de sentir que era el momento, era la hora de desatarse, de empezar una nueva vida... De recordar con nostalgia todo lo vivido hasta ese instante, pero con cuerpo y alma para seguir adelante.
Al principio no fue fácil, todo adquiría dotes de riesgo importante y ella jamás había llevado esa vida, jamás imaginó que ese día llegaría. No sabía que le esperaría y la intriga se mezclaba con el respeto a lo desconocido.
Pero ella quería por fin ver la luz al final del túnel, deslizarse por él, como si de una esquiadora estuviéramos hablando. Quería gritar a los cuatro vientos una nueva vida empapada de algún halo de luz, eso sí que se lo había imaginado, le hacía sentir viva sólo de pensarlo.
Su corazón se aceleraba a medida que se alejaba del tambor que tanto la sustentó, el tambor que marcó el ritmo de su, hasta ahora, vida...
Fueron momentos de incertidumbre que pasaron más rápido de lo que en realidad fue. En un momento, ella estaba frente a hombres de bata blanca, su madre invadida de emoción y su padre llorándole al compás que ella dictaminó a su llegada...
Fue el día de la madre, fue el mejor día para hacerle ese regalo a su madre... Su madre no pudo regalarle más días a ella, convirtiéndose así en el mejor, primer y único regalo de la madre que recibió de su hija, justo unos días antes de intercambiar una vida por otra...

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